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Blog de #biblioteca del irc-hispano

Yo no quiero ser Letizia Ortiz

Yo no quiero ser Letizia Ortiz Queridos y queridas amigos, estaba yo hoy hasta las narices de trabajo, pensando en que no hay derecho en perder el tiempo, las fuerzas y la ilusión en ir al mismo sitio todos los días para que a final de mes te paguen una miseria, contemplando, seriamente, la posibilidad de meterme eremita y envidiando a la gente, hombres y mujeres que no tienen mayores obligaciones que rascarse la barriga con la mayor eficacia posible, cuando me ha venido a la cabeza, el caso de doña Letizia Ortiz Rocasolano, princesa de Asturias y se supone heredera de la corona española.
Estoy casi segura de que esa señora estaba hasta las narices también de levantarse tempranísimo todos los días del año, excepto vacaciones contempladas en convenio, de tener que aguantar el humor de su jefe, y, en su caso, de todos los inconvenientes que debe tener ser presentadora de un espacio informativo diario en televisión. La chica debió ver el cielo abierto cuando, Felipe (Nuestro Hijo), le declaró su amor y su decisión de llevarla al altar de la catedral de la Almudena. Craso error. Os imaginaís lo que debe ser tener que hacer de princesa todos los días?, ah, y ahí si que no hay días de vacaciones de convenio laboral ni moscosos ni ná de ná. Debe ser un puesto malísimo. Veamos. Os imaginais no poder rascarse cuando algo te pica, puesto que, de ser así cientos de cámaras tomarán la instantánea del momento. O, por ejemplo, qué haces si tienes ganas de bostezar y se te escapa?, o bien, esa chica podrá ahora tirarse un pedo con libertad en el pasillo de su casa aprovechando el ruido que hace el tranvía al pasar?. Tiene que ser durísimo arreglarse como para ir a una boda cada vez que pisas la calle, ir de peluquería y con el ojo pintado, tengas ganas o no. Tiene que ser muy duro, si, no poder bajar la basura en bata y zapatillas, con lo agradable que es bajar la basura. Y qué me decís de lo que esa pobre mujer se pierde ahora al no poder ir a pasear al perro en chándal y zapatillas deportivas?. Qué drama no poder volver a pisar el Carrefour y mirar las ofertas de tres por dos...Y, ya si nos metemos un poco más en el campo del cotilleo, si a esa chiquita le caen pésimamente la suegra y las cuñadas, como está mandado en la naturaleza, qué hace la pobre, eh?, qué hace?. Imaginaos la portada del Hola con Letizia mirando atravesadamente a la infanta Helena y poniendo cara de decir: cajco de tía...Vamos, se arma la mundial. Además, fíjate la terrible presión social sobre si estás embarazada o no estás embarazada ya, se debe sentir una como una gallina ponedora en granja colectiva, qué horror, pobre mujer, repito, qué vida tan dura. Y con lo bien que me lo paso yo, por ejemplo, buscando dónde aparcar el coche cuando llego a cualquier sitio, me parte el alma pensar en esa pobre criatura privándose de semejante placer. Ya no verá núnca jamás al lector del gas, tan majo y tan lector, tan culto él. Ya no podrá tampoco hablar con el fontanero, un hombre tan preparado y tan estupendo, tan consciente de su oficio. Me conmueve pensar que no hará reformas en la cocina de su casa, no tratará con los albañiles ni con los carpinteros...Cómo se puede sobrevivir con esos niveles de sacrificio?. Conforme voy escribiendo, con los ojos arrasados de lágrimas de compasión, os lo confieso, me imagino la frustración de esa señora cuando piense en que ya no puede pasar la aspiradora, ni poner la lavadora, ni tender la ropa mientras cante La Lirio, la lirio tiene, tiene una pena la Lirio. La vida es una contínua trampa, es un hecho. Qué haría yo si los fines de semana no pudiera ir a cenar al McDonalds? y si en lugar de escuchar a mis ídolos, Bisbal o Luis Aguilé, me tuviera que meter horas a escuchar Bach o Mozart?, y si tuviera que poner una sonrisa en los labios cuando por dentro me martirizase el dolor hemorroidal?. Lo dicho, espantoso, pensándolo bien prefiero llevar la vida de abeja obrera que me ha tocado por momento económico, histórico y por que tengo que pagar una hipoteca de un piso de 80 m. cuadrados, eso si, con muchísima luz. La que no se consuela es por que no quiere. Amigos y amigas, me despido con todo mi cariño para vosotros y os recomiendo como siempre que seais buenos y temerosos de Dios.

4 comentarios

Helena7 -

La envidia es mala, sí. Cochina envidia. De pobrecita, nada... ¡Me ha quitado al príncipe que lo quería yo pa míii!. Una servidora hubiese transigido hasta con ser cuñada de Marichalar, que dicho sea de paso tiene un parecido razonable con Clouseau y con el inspector Gadget.

gLobB -

La Santa Compaña Del Santo Raproche.

considerada -

¿Y lo delgaita que está la pobre, y con la coló quebrá?. Pobrecita mía, no podrá ni comer a gusto un bocata de salchichón leyendo un libro, ni un paquete de doritos mojaos en guacamole, porque siempre la estarán mirando!!!. Ay si aquello debe de ser peor que el gran hermano!. !Ay bendito!

Agapito Perez -

Que mala es la envidia…, desde la mediocridad y la falta de visión trascendente de los destinos patrios, es fácil no ver, el sacrificio que esta buena chica ha hecho al afrontar el reto que supone ser Princesa consorte. No hemos de cansarnos de loar esta decisión, ser nuestra Princesa y después Reina con lo que conlleva, de voluntad de servicio y dedicación. Repito que mala es la envidia