Blogia
Blog de #biblioteca del irc-hispano

Violetas

Violetas Violetas

Ávido de recibir en sí mismo
Otro cuerpo que sueñe;
Mitad y mitad, sueño y sueño, carne y carne;
Iguales en figura, iguales en amor, iguales en deseo.
Aunque sólo sea una esperanza,
Porque el deseo es pregunta cuya respuesta nadie sabe.

(De Los Placeres prohibidos).
LUIS CERNUDA


No sé cómo pasó ni cómo llegamos hasta allí, pero allí estábamos los dos, desnudos. Yo de pie, tú , como de rodillas sobre la cama. Sujetabas mi miembro con tus manos y lentamente observabas divertida y sorprendida, de lo fácil que era, como mi sexo se llenaba de rojo y alcanzaba toda su tensión. Mirabas mi cara y yo te miraba a ti. Tu boca acudía solícita y me besabas y me lamías, ahora lentamente ahora rápidamente. Mi deseo aumentaba y tú lo sabías: yo era tu juguete. Decidiste que llegara a mi cima, y acelerando tus movimientos con tus manos, estallé en tu cara, en tu boca abierta, en tus ojos, sobre tu cuello, sobre tus senos ...me vacié del todo bajo tus ojos que me miraban robándome mi mayor secreto. Sonreíste y reíste de nuevo, traviesa, feliz, orgullosa de ser mujer y de llevarme dónde sólo tú sabes llevarme. Agradecido, bajé mi cara, y mezclándome con todos mis olores y sabores, con mis manos sobre tu cabeza adoré tu boca y tu cara y tus ojos y toda tu, bendita tu, mujer, bañada en mi semen y en un mar de besos. Me abracé a ti con todo y por unos segundos el tiempo quedó suspendido, sólo estaba ese abrazo cálido y profundo de dos seres humanos en su papel de hombre y mujer.

Recuperado, volví a besarte por el cuello hasta que acabé con mi boca llena de tu seno, y mi cabeza sujeta por tus manos. De repente, me separaste y yo, loco por volver a llenarme, sacaba la lengua y así me dejaste acercar, sujeto, contenido. Comprendí tu juego y me dediqué a inflamar tus pezones, a bosquejar sobre ellos todas las figuras que era capaz de imaginar. Me abrazaste contra ti, otra vez divertida, otra vez traviesa, otra vez orgullosa, otra vez triunfante. Mi deseo te pertenecía, era tuyo, tú, su reina. Te eché para atrás, te tumbé entera, coloqué tus brazos abandonados en cruz y abrí tus piernas. Eras tú quién ahora se entregaba a mi, y era mi reto: Ser rey de tu deseo. Me quedé contemplando todo tu cuerpo, así, abierta, entera. Empecé a bordearte con mis dedos, explorando toda tu piel y atento a sus contracciones, a tus gemidos, a tus dedos sobre tu boca, a tu mirada perdida. Recorrí tus muslos, por su interior, por su exterior, tus tobillos, tus corvas, tus rodillas, tus manos, tus palmas, tus dedos y distraídamente rozaba los límites de tu pubis, cada vez con más frecuencia, como haciéndote saber que era allí dónde irremediablemente acabaría. Tus senos, otra vez, tu torso, tu cuello, el contorno de tus ojos, el contorno de tus orejas, el contorno de tu cabello, mis dedos en tu boca, dejándose mojar, mordisquear, chupar y ya, al fin, puse sin disimulo la palma de mi mano sobre tu sexo entero. Te peiné, mariposa gigante, y con toda la suavidad de que era capaz fui abriendo todos tus pliegues, identificando toda la anatomía de tu vulva empapada y húmeda. Me embruja definir todos tus límites, tus labios mayores, tus labios menores, tú clítoris, que, brillante y mágico, crece. Sobre él esbocé todos los círculos posibles. Hundí mi dedo en tu vagina, lo más dentro que pude y volví a trazar círculos, haciendo memoria de todo los matices que hallaba a mi paso, geografía de tu cuerpo de mujer. Para cuando no estés. Saqué mi dedo y me lo llevé a mi nariz y a mi boca y a tu boca. Esos olores de ti me acompañan siempre . Había llegado el momento exacto de comerte con la boca, de saborearte cual fruta madura. Recordé tu último sueño y me dejé llevar por él y que supieras y supiera todo lo que iba a ocurrir a continuación me llenaba de deseo :

"Sin darme cuenta, sentí como tus labios besaban mi sexo excitado,
mojado y frenético. Una y otra vez sentí tu lengua que subía y bajaba, se
detenía y avanzaba, salía y entraba. El rocé de tus labios en mi vulva me
excitaba al clímax y sin importarme empecé a gemir y moverme acompasadamente
al ritmo de tus besos, tomé tu cabeza y hundí ligeramente mis uñas en tu
sien, mientras te atraía aún más hacía mi sexo, sentí tu lengua que se clavó
en mi vulva abierta y entregada al placer y mientras tus uñas arañaban mis
nalgas, me corrí espasmódicamente en tu boca." (1)

Si, sabía con toda certeza que me empaparía de ti, que me darías el regalo de tu gozo, de tu ser y el saberlo me excitaba más, mucho más, era mi triunfo renovado. La confirmación de que estaba vivo en tu deseo. Yo, su rey.

Hay noches que dan para mucho y el deseo y el amor no parecen tener límites ni hartazgos y las fuerzas y los cuerpos y la armonía de la vida entera acompaña y esa era una noche de ellas.

Hoy , mi amor, ya no pongo más palabras a mi pensamiento donde habitas y vives y reinas. Tú ya sabes lo que pasó.
y una coca-cola
y siempre queda mayonesa en el frigo.

(1) De pasión furtiva.

Javier

1 comentario

^Sila^ -

has tratado el tema con mucha fuerza y a la vez sin llegar a ser grosero ni osceno, me has recordado ha un escritor q se llama Henry Miller, seguro q si lo lees te gusta. un besito y hasta otra