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Blog de #biblioteca del irc-hispano

Superwoman se cabrea

Superwoman se cabrea Queridos y queridas, sigo con mi plan de desaparición de la faz de la tierra, pero, no es de eso de lo que ahora quiero hablaros. Me ha venido a la cabeza hace un rato y he pensado compartirlo con todos vosotros. Se trata de lo siguiente. Yo soy un ser humano, casi seguro, perteneciente al género femenino de mi especie. Por el momento histórico, geográfico y económico en el que he nacido me ha tocado desempeñar un rol que ni mis abuelas ni mi madre tuvieron, es decir, el rol de mujer que además de tener a su cargo su hogar y familia, tiene derecho a desempeñar una labor del tipo que sea en la sociedad. Qué chollo. Ya podemos ser médicas, abogadas, juezas, políticas, vendedoras, mineras...podemos ser lo que queramos o casi, que sobre eso habría mucho que hablar pero no es el momento. De manera que, después de estudiar la correspondiente carrera o aprender el correspondiente oficio, nos incorporamos como uno más al mundo laboral y social, insisto, sobre eso también habría mucha tela que cortar pero sigue sin ser mi objetivo de hoy el tratarlo. Bien, una, pongamos que trabaja como médico o como profesora durante 8 horas diarias, normal. Trabaja, dependiendo de su nivel de responsabilidad con todo el ahínco y toda la entrega de que es capaz, y...cuando la jornada laboral acaba, una llega a su hogar, por norma general formado por marido e hijos e incluso los padres de uno o de los dos cónyuges de la pareja y empalma la jornada laboral retribuida por otra nueva jornada laboral sin retribuir y que es tanto o más dura que la anterior. Item más, se produce la situación de: ni agradecido ni pagado. O sea, tomamos a nuestras espaldas amén de la educación de nuestros hijos, la atención de nuestros ancianos y la óptima marcha de la casa en la que todos convivimos. Una llega hecha un auténtico abrigo tirado a su casa y se quita los zapatos que la matan, verifica que los niños de diferentes edades hayan llegado, saluda a la abuela que le cuenta lo desgraciadísima que se siente ese día y en lugar de comerse una caja de fósforos de la reputada marca fosforera española, pone una lavadora para que se vaya haciendo mientras una prepara la cena. Los niños de distintas edades, caso de no ser adolescentes, que entonces la cosa empeora ostensíble u ostentóreamente, que dijo aquél, vienen con las tareas a la cocina, recitando poesías en inglés, tablas de multiplicar o bien trabajos maravillosos de bolas de papel de seda llenas de pegamento que van cayendo de sus manitas infantiles por el pasillo y cambian la configuración del suelo de la casa. Qué momento delicioso el de llegar al hogar...
En lugar de agarrar la maleta, meter tres trapos y salir camino a Papúa, una les mira con cara preocupación y piensa: estos niños no sé yo si están bien atendidos. Como nadie escarmienta en cabeza ajena una no se pone a pensar en las amigas que tienen hijos e hijas adolescentes y que reciben auténticos baños de machaque moral y material, y acumula sentimientos de culpabilidad al ver a los angelitos propios con las manitas llenas de pegamento abriendo la nevera y sacando natillas para comérselas justo antes de la cena. En fín, amigos y amigas, que, encima de estar trabajando 8 horas, con sus minutos y segundos una se encuentra con la diatriba de si no se tiene una especie de complejo de Herodes...vamos, un gusto. Por otra parte, la educación que nos han dado a las mujeres de lo que podríamos llamar de forma caritativa, mediana edad, ha constado de los grandes tabúes de la educación de nuestras abuelas y de los grandes progresos de la mujer del pasado mañana, con lo que el conflicto con una misma se multiplica por cien. A ver...tengo yo que escoger la ropa que se tiene que poner mañana mi maridito para que no salga a la calle con una combinación tipo caja fuerte?, (por lo difícil de dicha combinación). Tengo yo que ser quien vaya a las tutorías del colegio con los maestros de los cabestros de mis hijos?. Los hice yo sola en un momento de despiste?, a los cabestros, digo. Tengo que dar la imagen de madre, hija y esposa comprensiva cuando de lo que tengo ganas es de pegar un grito que se oiga en Tombuctú?. Y, para colmo de gracias varias, he de mantenerme joven, delgada y atractiva, si no, como dice mi madre, mi maridito en la famosa crísis de los cuarenta se liará con su secretaria o con cualquier arpía o cambiará una de cuarenta por dos de veinte, ya se sabe cómo son los hombres, MariPili...tú misma, o eres un volcán en el tálamo o te quedas como mi amiga Maruja más colgada que un almanaque de carnicería.
Es por todo esto que, tengo un cabreo que no se lo salta un gitano con las alpargatas nuevas. A la hija de mi madre, nadie, lo que se dice, nadie, le contó que tenía la obligación de ser perfecta, de no fallar jamás y encima de sentirse eso que ahora se llama "realizada", por lo tanto solamente me queda gritar a todo el que quiera oirme: Esto es una estafa, oiga, esto es una estafa.

2 comentarios

Manuela -

o esto otro, que no tiene desperdicio:
http://blogia.com/manuela/index.php?idarticulo=200311251#

Manuela -

querida, no te pierdas esto:
http://blogia.com/manuela/index.php?idarticulo=200312161#